martes, 29 de abril de 2008

BRILLO DE ESTRELLA

La noche dejó ir a una estrella,
Permitiéndole, su sueño realizar,
Pues, ésta quería ser más luminosa,
Tan sólo quería brillar un poco más.

Caminó, y caminó, sin rumbo fijo,
La pobre estrella hasta la eternidad,
Descansaba de día, de noche salía,
Surcaba los mares de tanto andar.

La noche, paciente, en su empresa observaba,
A la estrella pequeña y valiente, caminar,
Sólo rezaba, para que pronto, algún día,
Pudiera ese brillo, la estrella encontrar.

Y los días tristes pasaban, caían,
Sin siquiera un brillo, una luz para hallar,
Y la estrella seguía su marcha, esperanzada,
Buscando una ilusión que pudiera alumbrar.

Qué apenada estaba la madre noche,
Que se nubló su semblante de tanto penar.
La estrella perseguía un sueño, casi imposible,
No dándose cuenta que más no podía fulgurar.

El día intentó aconsejar a la estrella
Haciéndole ver la realidad,
Ella nació con brillo propio, luz divina,
Y no todos resplandecen, ni pueden brillar.

La estrella, entre sueños, oyó al día,
Aunque al principio no lo quería aceptar,
Sólo buscaba que el cielo se sintiera orgulloso
Del brillo que su figura pudiera emanar.

Y triste, pero calma, volvió la estrella,
Junto a su ansiada noche, a su hogar,
Sabiendo que no era la luz la que brilla,
Sino quien sea capaz de luz irradiar.

La estrella nació para alumbrar con su brillo
El camino, al caminante, y su andar.
Y por poco que fuere su resplandor,La estrella es estrella y siempre va a brillar.