martes, 29 de abril de 2008

CELESTE CLARIDAD

Celeste claridad, que calmas el llanto de los sauces,
Que mojas con tus lágrimas dulces el cristalino río,
Dame la paz que el alma mía necesita para encontrar
El camino correcto, el sentido que quiero mío.

Celeste claridad, que apaciguas mi agonía, la misma
Que fluye de la tierra castigada y dolida, triste y fría,
Déjame ver las huellas de mi pasado, y de él, aprender,
De lo malo, guardando lo bueno, y hacerlo poesía.

Celeste claridad, que acunas en tus pestañas
La cálida identidad de los faroles nocturnos,
Que se clavaron en el cielo, dame la calma
Que el cuerpo mío, vencido , necesita seguro.

Celeste claridad, que meces la cuna del infante día nuevo,
Despierta en mi cerebro, esas células pensantes,
Las que tengo dormidas, cansadas, desvanecidas,
Y borra de mi mente los negros pensamientos errantes.

Celeste claridad, que susurras mis lamentos, hostigados,
Tiernos, tristes, soberbios, cálidos y fríos... Y fríos,
Profana mi silente sueño, y despierta a mi conciencia,
Que quiero, deseo, necesito encontrar el camino mío.

Celeste claridad, que arrullas a las ya adormecidas promesas,
Limpia los sucios y amargos recuerdos de mi corazón,
Dame esperanza, hazme creer en un nuevo día,
Donde pueda decidir, disfrutar y descubrir el real amor.

Celeste claridad, que bailas con los brazos extendidos del álamo,
Que secas los sollozos de la niña soledad, aliviando
Las contracciones espasmódicas de su diafragma agitado,
Calma también mis dolores, haz que termine mi llanto.

Celeste claridad, que alumbras a los eruditos con tu sabiduría,
Que inspiras con las musas de tu imaginación a los creadores,
Déjame inspirarme con esa luz tuya, y así poder hallarme
En la correcta senda en esta vida, olvidando viejos amores.

Celeste claridad, que marcas las venas de los cadavéricos sueños
Con la tinta púrpura de tu sinceridad, no siempre comprendida,
A veces sentenciada, humillada, contenida y condenada,
Dime honestamente cuál es el camino correcto en esta vida.

Celeste claridad, que perfumas con tu inocencia el rosal,
No importa si me vuelvo a equivocar, si caigo cien veces más,
No importa si la felicidad la encuentro algún día, porque
Sólo quiero, deseo y anhelo sentirme en paz, celeste claridad.

Celeste claridad, que iluminas los ruidos de mi conciencia,
Con un halo de discernimiento, sólo con un gramo de honestidad.
Ábreme tus alas, enséñame a volar, y con un beso de amor
Muéstrame el camino para sentirme calmo, para sentirme en paz.

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