martes, 29 de abril de 2008

ESPEJO

Si pudiera detener el tiempo en un eterno silencio
Para oír el rugir de mis pensamientos,
Y vestir con alegrías nuevas las caricias del corazón,
Mirándome en el espejo de la tirana histeria de los deseos.

Y ver los brazos míos expandiéndose, como un zumbido,
Casi verde, pero algo azul, un azul prohibido,
Frente al espejo que los imita, que los hace presos
Del amor que me tengo, y que tengo por lo mío.

Si al mirarme descubriese un rostro errante, taciturno
Melancólico, silente, disperso y orgulloso,
Los labios míos se cerrarían para siempre,
Buscando la respuesta al rezo más hermoso.

En ese espejo, que si pudiera, llevaría siempre conmigo,
Para oír el despertar del sol hiriente y adormecido.
Que me muestre lo que nadie ve en mí, pues, sólo aquello
Que cambia, que duele... y que me mienta al oído.

Si pudiera parar el tiempo con un resoplar agonizante,
Y en un azul marino, teñir mi corazón purpurino,
Para que mi espejo refleje todo aquello que se ve
Y lo que nadie sabe que tengo, porque está en mí dormido.

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