martes, 29 de abril de 2008

SOBERBIA ANIMAL

Antílopes galopando por el vuelo astral de la selva muerta,
Buscando imágenes que el fuego extinguió
En un atardecer de fina soledad aislante.
Antílopes vagando, buscando lo que murió.

El hechizo de la madre tierra deshizo el amor,
Entre los mirtos y las palmeras, entre aves y peces,
Entre el orangután, la gaviota y el cangrejo.
El hechizo de la madre tierra dividió las especies.

Cebras nadando por el mar de confusión que la lucha provoca,
Tratando de encontrar algo remoto y errante,
Perdido entre las telas que cuelgan de este cuarto de matanza,
Cebras confundidas, ven morir todo distante.

Gacelas pequeñas, que su paso ya agigantan,
Escapan de las llamas de la gloriosa y nefasta violencia,
En una noche gélida, tirana y escrupulosa.
Gacelas pequeñas, que aún no toman conciencia.

Selva roja, bosque negro, el fuego que quema, que extingue,
Destruye con su dolor la hermandad de las especies,
Fugando a la última estrella que testimoniaba tal crueldad.
Selva roja, bosque negro, como lo hizo con Eva, la serpiente...

El león ya no es el rey, todos quieren ser superior a él,
Porque la llama que extingue todo, esa descomunal,
Aviva el fuego que quema la esencia de la selva, del bosque.
El león ya no es el rey, porque nació la soberana soberbia animal.

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