martes, 29 de abril de 2008

LÚGUBRE ACLARACIÓN

No esperes que haya aquí, ni una ni mil noches perfumadas,
Pues, sólo existe el día, es decir, la mañana y la tarde, para mí;
La noche sólo es mi fuente divina, de divina inspiración,
Y no le podría escribir con las letras usadas, con las cuales ya escribí,

Inspiración, no perfuma mis noches, sólo les da sabor,
No contagia mis oídos, ni abraza mi cuerpo gélido y dormido.
Inspiración no me aconseja, ni me mueve para recomenzar,
No respira mi aire, no ronca, no canta, no ríe, ni juega conmigo.

Sólo mi día está perfumado, porque de noche, las flores duermen,
Y ningún desodorante dura lo que la luna en el cielo oscuro.
Aunque la inspiración me transporta a un mundo bello y distinto,
El letargo de esperar sentir su aroma lo llevo conmigo seguro.

Inspiración, tú eres mi inspiración, tal vez sea por eso
Que no necesito que la lúgubre noche sea perfumada,
Porque te abrazas a mí, casi todo el día, sin importar nada...
Duermes rodeando mi cuerpo, y amaneces junto a mi almohada.

No puedo percibir ningún aroma en las noches de inspiración.
Las noches no son perfumadas, es mi lúgubre aclaración.
Retengo en mí, el perfume de la tarde, de la mañana...
Si no estoy preparado, tiempo al tiempo, y sangre a mi corazón.

Si no puedo sentir tu perfume por las noches,
Tiempo al tiempo... Y sangre a mi corazón.

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