G racias por esas tardes con perfume a trabajo, a importancia,
A gitando el sonido que escapa de entre tus dedos
B uscando algún oído para darse a conocer, para hacerse oír.
R uega la madre, y los hijos también, que nunca nos faltes,
I luminas nuestras vidas, nos proteges y guías, siempre estás allí.
E ncaminas mis pasos con la sabiduría de tu andar eterno, aunque
L astimes mi orgullo, es tanto lo que te quiero que no puedo vivir sin ti.
martes, 29 de abril de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario